La Unidad de Delitos Cibernéticos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México explica que entre los delitos para promover el abuso sexual infantil en línea suele usarse el grooming con frecuencia. Una tercera parte de los adolescentes en el país confiesa que ha conversado con desconocidos en internet. Además, 50 por ciento acepta haber conocido en persona a alguien contactado por esta vía, revela un estudio de la organización Guardianes México.
Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).– Durante el tiempo de cuarenta, producto de la expansión del coronavirus en el mundo, la Unidad de Delitos Cibernéticos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México detectó que niños y adolescentes han estado expuestos a un aumento en los delitos en línea. Entre ellos destacan el Ciberbullying o Ciberacoso (hostigamiento y agresión con propagación de mensajes o imágenes crueles), el grooming (cuando un adulto se gana la confianza de un menor de edad en internet con fines de abuso y explotación sexual), el sexting (autoproducción de imágenes sexuales e intercambio de imágenes o videos con contenido sexual) y el robo de información (por falta de protección de datos).
La causa es atribuida al excesivo tiempo que niños y jóvenes están pasando en la internet al permanecer más tiempo conectado en casa, aseguró Sandra García, policía segunda miembro de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
“En algún momento los padres tienen el descuido de dejar a los hijos conectados todo el día, lo que es un factor que contribuye a que este incidente crezca mucho y con efectos perjudiciales, pues del ciberbullying surge la incitación al suicidio. Lo mismo sucede con el robo de datos que se da mientras juegan en línea y tienen contacto con personas que no saben si son mayores o no. El contacto empieza por el juego, pero ya después se puede tomar a platicar como amigo y posteriormente se puede llevar a cabo otras situaciones donde le extraen información para otro fin”, agregó.
En el caso de la pornografía infantil el consumo y su búsqueda se incrementó en 73 por ciento durante la contingencia sanitaria por el COVID-19, según informó la Dirección Científica de la Guardia Nacional de México.
En el negocio del abuso y explotación infantil México ocupa el primer lugar en la difusión de pornografía infantil y en el mundo, tal como lo estableció un informe del Senado mexicano confirmado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Departamento de Seguridad de Estados Unidos.
La industria del crimen organizado ha provocado al menos cinco millones de niñas y niños, quienes son víctimas de pornografía infantil y turismo sexual en el país, según informó el 22 de septiembre de 2020 la Comisión de los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia, presidida por la senadora de la República y autora del libro Alas Rotas Josefina Vázquez Mota, lo que ha llevado a convertirlo en uno de sus negocios más lucrativos, aseguran expertos.
“En los últimos meses de 2020 entre marzo-abril la Guardia Nacional señalo que del 70 por ciento de incremento que se descubrió sobre pornografía infantil, 80 por ciento de los incidentes son reportados en Facebook”, expresó Juan Pablo Carsi Reyna, cofundador de la organización Capa8 y sus iniciativas Familias de Escuelas Ciberseguras, una consultora dedicada a la seguridad de la información y ciberseguridad.
En la pandemia el peligro creció a medida que los niños permanecieron más tiempo conectados. La ONG Guardianes de México revela que 94 por ciento de ellos lo hicieron en redes sociales, una situación que se combinó con la falta de protección y una mayor exposición a los abusos, coinciden expertos.
De hecho, un pequeño porcentaje de los jóvenes mexicanos ha dedicado su atención también a ver videos con contenido para adultos (12 por ciento) y al sexting (4 por ciento), (intercambio de fotografías al desnudo). Se calcula que el 87 por ciento de ellos carece de sus padres y madres o de reglas para el uso de internet.
Tan es así que al preguntarles si han hecho amistad con extraños o gente que no conocían en el mundo digital antes de la cuarentena, 16 por ciento respondió afirmativamente, advierte la organización en el estudio.
De esto dan testimonio víctimas y familiares como Marta, una madre quien el 14 de agosto de 2020 denunció en redes sociales que su pequeña hija, Adriana, había sido convencida de crear material pornográfico, a través de engaños.
A la niña le hicieron creer que participaba en un concurso sobre su artista favorita. Le ofrecieron ganar desde una videollamada, patines autografiados o incluso un teléfono IPhone de nueva generación o una Tablet. La única condición era que debía aprobar los “desafíos” que le iban a poner desde una cuenta de una página de Facebook que se hacía llamar “Karol Sevilla – Soy Luna 4”, inspirada en Karol Itzitery Piña Cisneros, más conocida como Karol Sevilla, una actriz, cantante, modelo tiktoker y presentadora mexicana, famosa por interpretar al personaje Luna Valente en la serie original de Disney Channel Soy Luna.
“Hola Linda cómo estás. Te comento que estamos haciendo los Karol Desafíos, un concurso por Messenger en el cual tienes que realizar los desafíos para demostrar que eres una verdadera Karolista de corazón”, le escribieron.
Como parte de un juego perverso el agresor comenzó desafiando a la niña. Antes le envío unos supuestos audios de la artista para que ella pensara que realmente hablaba con su ídolo.
—¡Era su voz! le dijo la niña —aún convencida y emocionada— a su madre cuando esta descubrió lo ocurrido.
La primera petición fue que debía enviar una foto sonriente. Luego una modelando. Posteriormente, usando ropa interior o en traje de baño, bajo el acoso y la manipulación y aprovechando el cariño que la niña mostró hacia la artista.
Como cualquier víctima empezó a sentir miedo. No pasó mucho tiempo para que la niña fuera chantajeada con el argumento de que no podría ser acreedora de ningún regalo, debido a que “no participó adecuadamente en la dinámica”.
—Te he hecho un libro, me se todas tus canciones, yo soy tu fan número uno, te canto una canción —respondía Adriana—.
Finalmente, la pequeña accedió y terminó por enviarle la foto que tanto le reclamaba su ídolo. Así, fueron escalando las solicitudes, esta vez le pidieron una foto modelando sin nada de ropa, a lo que Adriana también accedió.
“Le puse Messenger en su tablet para que siguiera en comunicación con familiares, ella me tenía que pedir autorización para agregar a alguien, yo la tenía checada”, expresó la madre desconsolada tras denunciar el caso. Tanto el nombre de la madre como de la víctima son seudónimos que se usaron para salvaguardar su identidad y seguridad.
En esta práctica de acoso contra menores de edad, valiéndose de su inocencia, los grupos dedicados a la pornografía infantil “trabajan el sentido de pertenencia” y todo “lo hacen como si fueran retos o misiones para escalar posiciones”, expresó Indira Cornelio, miembro de la colectiva Ciberseguras que reúnen a activistas y organizaciones sociales de cinco países en América Latina.
Pueden incluir desde hacer memes para luego “manipular y llevar a la víctima a que agredan a una persona cada día, aunque ellos no lo llamen así», dijo Cornelio.
La activista indica que lo hacen desde cada perfil que se ha creado especialmente para esta labor, donde cada miembro tiene una tarea distinta, asignadas en los “foros en los que operan y donde hay como comisiones que se encargan de hacer el trabajo más pesado”.
Una tercera parte de los adolescentes en México confiesa que ha conversado con desconocidos en internet. Además, 50 por ciento acepta haber conocido en persona a alguien contactado por esta vía. Así lo revela el estudio” Ser padre/madre de adolescentes en la era cibernética” publicado por la organización Guardianes México y las empresas Lexia Insights Solutions y Netquest. En él especialistas en estudios de opinión en línea confirman que los 12 años es la edad promedio en que niños, niñas y adolescentes obtienen un dispositivo móvil propio con acceso a internet, una situación que los pone en riesgo.
—En sus redes sociales —que es el principal uso que dan a internet— 56 por ciento acepta a desconocidos como amigos. De este grupo, hay un 23 por ciento al que le gusta conocer a gente nueva vía internet y un 8 por ciento que disfruta también de ganar seguidores y likes de gente que no conoce y que ve sus publicaciones”, expresa el informe.
Adicional a esto, los adolescentes comparten su ubicación en tiempo real. En específico, 25 por ciento de ellos tiene activo todo el tiempo el GPS de su dispositivo móvil.
Guardianes México, una organización de la sociedad civil avalada por las Naciones Unidas, destacó que a raíz del confinamiento cinco de cada 10 jóvenes entre 14 y 17 años no solo han contactado con algún extraño por internet. También les han ocultado a sus padres el haber visto contenidos inapropiados como pornografía, violencia, fotos y publicaciones groseras, luego de bloquear a sus padres como usuarios y usar aplicaciones diseñadas específicamente para ocultar contenido o creando un segundo perfil o cuenta alterna.
El estudio también señala que, aunque 9 de cada 10 (85 por ciento) padres y madres han hablado con sus hijos e hijas sobre el riesgo que corren al navegar en internet, principalmente al compartir información personal o confiar en desconocidos, 84 por ciento del contenido que suben los adolescentes a redes sociales es información personal. Esta incluye fotografía con amigos, en la escuela, su ubicación, actividades, información sobre regalos, compras y viajes, entre otros.
De igual manera, se calcula que 58 por ciento de las actividades que realizan al navegar implican un riesgo en las actividades como conversar con desconocidos, ver contenido sexual no educativo y violentos, participar en retos peligrosos o ver contenido relacionado con el consumo de alcohol y drogas.
“En México subieron en 157 por ciento los delitos del internet durante la pandemia en un país donde 15 por ciento de los internautas lo representan niños y jóvenes entre 12 y 17 años, lo que a su vez se traduce en 12.9 millones de adolescentes según el INEGI, es decir que se encuentra en peligro permanente cada vez que se conectan”, afirmó José Luis Vega, abogado y profesor universitario, autor del libro autor del libro “Grooming: Cuando el juego virtual se convierte en peligro real”.
México tiene 80.6 millones de usuarios de internet, entre ellos se encuentran 20.1 millones el número de hogares que disponen de internet, según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2019 que proporciona información en todo el país en el ámbito urbano, rural y por estrato socioeconómico y que es realizada por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
EL GROOMING COMO MODUS OPERANDI
La Unidad de Delitos Cibernéticos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México explica que entre los delitos para promover la creación y promoción de abuso sexual infantil en línea suele usarse con frecuencia el grooming, es decir cuando un adulto genera un perfil falso a partir del robo de datos con fotografías de otro menor, para crear empatía con su víctima.
Por lo general, no solamente se enfocan en una. Pueden hacerlo sobre 10 o 15 víctimas a la vez. Y a partir de allí filtran cuáles son más vulnerables para caer y generar empatía, conversaciones y así empezar a obtener información sobre dónde trabajan sus papás, dónde viven, qué estudian, etc.”, apuntó la segunda policía, Sandra García, miembro de la Unidad de Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México
“La demanda que existe en el mercado para adquirir estos materiales genera que los distribuidores busquen la manera de comercializar en mayor medida dicho material, lo que se convierte en un círculo vicioso de producción a partir de esa demanda”, enfatizó.
El uso de siglas es muy frecuente entre los agresores que operan desde el territorio mexicano como una medida para identificarse como parte de los grupos, apuntó Indira Cornelio, quien también forma parte de la organización Seguridad digital.
“Es muy común que se inventen una personalidad en línea, así como robar una cuenta que ya tiene contactos y hacer estos delitos desde ahí. Por ejemplo, en Yucatán se descubrió un caso en el que se robaron la cuenta de una mujer fallecida para extorsionar a mujeres lesbianas. Lo han hecho también suplantando perfiles de maestras desde donde engañan a niños y niñas que confían sin saber”.
Dentro de la simbología que utilizan los grupos criminales dedicados a la venta de material con contenido sexual infantil y que se ha detectado en México, los expertos Ana Cecilia Pérez Rosales y Juan Pablo Carsi, ambos cofundadores de la consultora sobre ciberseguridad Capa8, que incluye un programa dedicado a las escuelas, coinciden en que existen palabras como “paquetes”. Algunos hacen alusión al famoso “surtido rico” de “Ricolino” en referencia a dulces mexicanos de diversos tipos, que formalmente pertenece a una marca oficial, pero que grupos criminales se valen de sus envoltorios para camuflar sus “packs” de fotos conocidas, explicaron.
“Los venden en una botana, en un paquete que le llaman precisamente ‘Ricolino’ y que además tienen un payasito en la portada. De esa manera disfrazan sus publicaciones y las imágenes que difunden para que pasen desapercibidos”, dijo la ingeniera en informática Cecilia Pérez Rosales con más de 20 años de experiencia en la industria de seguridad de la información.
Cornelio compara la venta de packs con “catálogos que se fueron organizando de mejor manera en plataformas”.
“Una de las cosas que más me han espantado son las maneras que tienen para hacer las cosas, pues una vez que tienen las fotografías y que ya saben que las pueden vender, empiezan a poner nombres, redes como Facebook, números de teléfonos y toda la información que han conseguidos de las víctimas como una manera para autenticar que, si son imágenes verdaderas y si quieres verla en la vida real, pues ahí están los datos a la mano”, afirmó.
En opinión de Juan Pablo Carsi, ingeniero en Sistemas Computacionales, en la actuación de los grupos criminales dedicados a la pornografía infantil operan en actividades “de mercado” en los que aprovechan todas las ventanas posibles en las se pueden mover sin ser detectados.
“Son muchos los métodos que tienen para operar incluso pueden minimizarse con conexiones VPN que le hace complicado a las autoridades distinguir de dónde vienen las conexiones en las que se ha detectado un abuso. Por ejemplo, podemos estar aquí en México, pero por el VPN decir que estamos en Rusia o Europa mientras ellos siguen haciendo sus peticiones de pornografía infantil”.
POCAS DENUNCIAS REGISTRADAS
En contraste al crecimiento de las solicitudes de material sobre abuso sexual infantil on line en todo el mundo, como lo muestran los datos el NCMEC, el número de denuncias y reportes registrados ante los órganos de justicia mexicana es menor a lo sucedido en 2019, según el número de reportes realizados ante la Policía Cibernética.
De acuerdo con el Ministerio Público, la autoridad que rige entre sus policías las actividades de la Unidad Cibernética, las estadísticas registran una baja en el número de incidentes relacionados a la difusión de material de abuso infantil en línea que recibieron en 2020 por parte de la fiscalía o de ciudadanos que hacen denuncias de manera directa ante este organismo.
“Eso no significa que el delito no esté persistiendo, tal vez continúa, sino que no hemos recibido los reportes necesarios para mostrar lo contrario”, explicó la policía segunda, Sandra García de la Unidad de Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, quien además recalca las dificultades que tienen las víctimas para denunciar durante la etapa de cuarentena.
Así también lo revela el informe de Interpol de 2020 donde señala que los países han notificado un aumento en las dificultades para que las víctimas denuncien delitos y busquen tratamiento médico, además de otras formas de apoyo. Como resultado, han bajado en general las denuncias de determinadas infracciones sobre estos delitos durante la pandemia del COVID-19.
La agencia indica que las denuncias podrían aparecer quizás, en el mejor de los casos, cuando los colegios reabran o se reanude el acceso a los servicios sociales. Por ello existe la preocupación de que estos delitos nunca se denuncien si el acceso a estos servicios se demora demasiado, advirtió Interpol.
Cifras obtenidas por la Fiscalía General de la Republica de la Ciudad de México mediante consulta al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información para este reportaje informan que, entre el 01 de enero de 2019 al 30 de septiembre del 2020, el número de incidencia de delitos perpetrados contra la infancia de abuso sexual fue 6.400 casos. Asimismo, registran 1.657 sobre acoso sexual; 263 sobre trata de personas, 144 de pornografía Infantil, 4 por exposición de menores y 27 relacionados a redes sociales.
SEXTING, OTRA MODALIDAD ENTRE JÓVENES
El incremento en la producción de pornografía infantil, en especial durante la pandemia, ha incluido una cantidad considerable de material auto generada por adolescentes mexicanos, a través de técnicas como el sexting, explicó Juan Martín Pérez García, director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y Secretario Ejecutivo de la Red Latinoamericana y Caribeña por la Defensa de los niños, niñas y adolescentes.
En la mayoría de los casos quienes lo producen ignoran que sus imágenes y videos pueden terminar en los llamados “packs” que puede intercambiarse para vender en la web profunda en países de América Latina y Asia.
“En el sexting autogenerado tenemos por un lado a hombres, mujeres, adolescentes o jóvenes dispuestos a hacer este contenido y a exhibirse por dinero y el por otro, a los grupos criminales que, para fines y diseños específicos de reproducción, tienen a niñas y mujeres, sobre todo adolescentes, bajo esclavitud sexual”, expresó.
El informe de la organización Guardianes México señala que dos de cada 10 adolescentes han participado por iniciativa propia en la práctica del sexting, sin consecuencias graves. No obstante, del grupo de jóvenes entre 14 y 17 años que aceptaron haberlo hecho, un pequeño porcentaje (3 por ciento) reconoció que lo hizo bajo presión de alguien más y en algunos casos con consecuencias como que el material se publicó en redes sociales.
Así lo vivieron dos niñas menores de 12 años. Una quien fue contactada mediante una página de video juego, en Chapala, en Jalisco, y otra adolescente que padece una discapacidad. En el caso de esta última, la niña recibió amenazas, tras haber compartido imágenes íntimas. Su caso fue atendido por una organización que intentó brindarle apoyo, pero que por el temor a que padres se enteraran, dejó de comunicarse.
“También se dan casos de chicas muy jóvenes que hacen una pareja en línea y estos para controlarlas les piden fotos de manera constante. Es una presión y una manipulación que las llevan a tomar decisiones de tal nivel sin decirlo a nadie”, afirmó Cornelio.
Cifras oficiales de la Alianza Por la Seguridad en Internet (ASI) aseguran que 8 por ciento de quienes se envían mensajes con fotografías sexualmente explícitas en México tienen entre 12 y 16 años. Entre ellos 11 por ciento lo hace por la madrugada, horario en el que se ha detectado es más común el sexting.
En cuanto a la confianza en el uso de las contraseñas, 71 por ciento de los jóvenes de 14 a 17 años declaró que sus padres desconocen las contraseñas de sus dispositivos y de sus redes sociales. Sumado a esto el reporte revela que cuatro de cada 10 adolescentes no hablan con sus padres, o casi nunca lo hace, sobre sus sentimientos, estados de ánimo e inquietudes.
NIÑOS Y ADOLESCENTES, LOS MÁS VULNERABLES
A comienzo de 2020, antes de que iniciara la pandemia, la REDIM tuvo acceso a una denuncia de violencia sexual contra un niño de cinco años, quien era abusado de manera frecuente por su madre.
La denuncia la hizo su hermana, tía de la víctima, primero por malos tratos y después por pornografía infantil. Como prueba la mujer entregó al Ministerio Público más de tres mil videos con contenido explícito “crudo” en los que aparecía su hermana de 40 años junto a su hijo de 3 años y otro niño no identificado realizando actividades con alto contenido sexual.
El único detalle es que la denunciante nunca se dio cuenta de que entre los muchos archivos que dio, había videos en los que ella también aparecía realizando estas de actividades en contra de su sobrino. Al poco tiempo, se descubrió que el novio de la mamá, de profesión ginecólogo, era el enlace para la producción de este contenido de material sexual infantil.
A casi cuatro meses de la denuncia se logró la detención de la madre y del ginecólogo por otros delitos, pero nunca por el abuso sexual contra el pequeño. De hecho, ni se mencionan en el expediente. Actualmente, el niño se encuentra en custodia del Estado. Por lo que el delito quedó invisibilizado.
De acuerdo con las estadísticas del Centro de Terapia de Apoyo a las Víctimas de Delitos Sexuales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México en la Ciudad de México, entre enero hasta el 28 de octubre de 2020 se atendieron “a 19 usuarios y usuarias” de 0 a 17 años de edad, quienes fueron víctimas del delito de pornografía infantil, así como a otros “13 usuarios y usuarias de 0 a 17 años por el delitos contra la intimidad” para un total de 32 víctimas, según informó el organismo en respuesta a una solicitud de información pública hecha a través de la Plataforma Nacional de Transparencia. El organismo agrega que en 2019 asistieron a un total de 43 víctimas entre 0 a 17 años de pornografía.
Respecto a las víctimas de estos delitos ocurridos hasta noviembre de 2020, la Fiscalía de investigación de los delitos en materia de trata de personas indicó que estas oscilan entre los 9 años y los 17, según una consulta de solicitud de información pública hecha ante la Fiscalía General de Justicia para esta investigación.
A continuación, se reproduce tabla proporcionada por la fiscalía sobre las características de las víctimas y la cantidad de denuncias presentadas ante los órganos de justicia.
Por su parte, los registros y estadísticas de la Fiscalía de Investigación de los Delitos en materia de Trata de personas en Ciudad de México, a los que también se pudieron acceder señalan que esta institución dio inicio desde el 1 de enero hasta el 29 de octubre de 2020 a 53 carpetas de investigación por pornografía infantil.
Ya para el 4 de noviembre el número de denuncias ante el organismo alcanzó las 75 carpetas de investigación por los delitos de pornografía, que en 2019 fueron 48. En estos casos el imputado fue descubierto subiendo videos con contenidos sexuales a las redes sociales, según revela la fiscalía.
“Hay un tema que nosotros hemos estado identificando que es el club de aportadores oficiales de contenido sexual en toda América Latina (…) ha crecido el número de hombres que buscan el reconocimiento de otros machines cuando ponen más vídeos y fotos en páginas conocidas de chicas. Incluso lo hacen con exnovias, sus propias esposas o mujeres en condición de pobreza o de un pueblo originario que son expuestas”, comentó una fuente que representa a una una organización en la ciudad de Mérida, ubicada al sureste de la República Mexicana, y quien prefirió mantenerse en anonimato por seguridad.
FACEBOOK, LA MÁS USADA POR CIBERDELINCUENTES
La fiscalía de México ha determinado que Facebook, Twitter, Instagram, Messenger y WhatsApp, entre otras, son las plataformas más usadas “por los sujetos agresores” para la captación de víctimas y distribución de materia de abuso sexual contra niños y adolescente en el país.
“En México la red de mayor demanda para los 80.6 millones de cibernautas es Facebook, usado como la principal vía del tráfico de abuso y explotación sexual. Otras como Tik Tok han crecido a pasos agigantados con más de 500 millones de usuarios, la red incluso ha reconocido que tiene una falla en la seguridad. Y aunque los padres lo ven como inofensivo porque los niños están grabando bailes, juegos, aceptando retos y ahí se han camuflado gran cantidad de depredadores sexuales”, aseveró el abogado Luis Vega.
Carsi Reyna cita como ejemplo lo sucedido en el estado de Yucatán en donde se comprobaron ataques a niñas en sus perfiles de redes sociales y en los que fueron sustraídos sus datos, a través del engaño para robar información, y posteriormente comercializar sus imágenes “incentivando el mercado negro de sexo e información indebida con connotaciones sexuales”, afirmó el también conferencista y miembro del Comité de Ciberseguridad de AMITI (Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información) y NYCE (Normalización y Certificación) .
“En este caso el grupo de Facebook se llamaba ‘Los Yucatecos’. Era un grupo que además de obtener acceso a este tipo de conexiones con menores de edad, de pronto también tenían acceso a fotografías que editaban y a partir de ahí comenzaban con estafas. Les pedían dinero con el fin de evitar publicar esta información. Se llegó al grado de no solo estafar a las niñas sino también de buscar a los padres para seguir con este tipo de delito”.
La red social es la favorita de los depredadores sexuales y organizaciones delictivas que han sido ubicados en México, donde se forman grupos, algunos disfrazados de “voluntariado”, pero en los que se han descubierto redes de hombres intercambiando imágenes con contenido explícito, una tendencia que siguió creciendo hasta lograr la formalización de la Ley Olympia que castiga la violencia digital como delito, indicó el experto con certificaciones en la industria de seguridad de la información y quien ha colaborado en la entrega de servicios y soluciones para proteger activos de información.
La denuncia de la difusión de material sexual infantil encuentra también obstáculos por parte de las propias compañías tecnológicas, comentó la funcionaria-Sandra García, integrante de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México al hacer referencia a las trabas que han tenido en plataformas digitales como Facebook y Twitter.
“Una vez que el material se comparte, Facebook indica en su política de términos y condiciones que cualquier contenido que se suba no se va a eliminar, simplemente se oculta, por lo que muchos estos infractores pueden tener acceso a este contenido y distribuirlo (…) Twitter ha sido el más difícil porque acepta la connotación sexual en su red y eso está en nuestra contra, porque si les reportamos algo Twitter alega que ese contenido no lo pueden eliminar porque se estaría transgrediendo al usuario. Te informan que lo van a analizar y mientras eso sucede da tiempo para que el material sea descargado por cualquier persona (…) y una vez que se descarga se pierde el control a dónde va a parar este contenido”, alertó.
LA PENOSA LISTA EN LA QUE MÉXICO DESTACA
México ocupa el primer lugar a nivel mundial en los delitos de abuso sexual, violencia física y homicidios de menores de 14 años, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
“Hemos detectado menores de 12, 15 y 17 años que han víctima de abuso sexual de manos de grupos y personas que se hacen pasar por otro niño para captar a víctimas. Algunos casos ocurridos en Tlaxcala (entidad ubicada en el centro de la república mexicana), incluyen la extorsión. Son víctimas que se comunican a veces de madrugada cuando pueden hablar para pedir ayuda y acompañamiento”, comentó la representante de una ONG que atiende a víctimas en el estado de Tlaxcala, quien también pidió conservar su nombre en anonimato por protección.
Desde el 1 de enero y hasta el 7 de diciembre de 2020 México registró 4.476 casos de violencia sexual anual, de los cuales 92.8 por ciento tuvieron de víctima a una niña o una mujer adolescente. Entre ellas se destacan 55.2 por ciento de las víctimas menores de 17 años, quienes denunciaron que sus agresiones fueron perpetradas en la vivienda por algún familiar o pareja, revelan cifras obtenidas de las Estadísticas de Lesiones de la Secretaría de Salud.
Características del agresor sexual en línea
Ana María Bravo Morales, trabajadora social y profesora del Diplomado en Prevención, Detección y Atención de Abuso Sexual en Niñas, Niños y Adolescentes de la Universidad de Sonora, explica que aun cuando no existe un perfil específico del abusador sexual en internet, en los casos que se han estudiado en México se han podido observar determinadas características que permiten describir los patrones de estos depredadores sexuales.
Con frecuencia tienen trabajos que les permiten estar cerca de niños y adolescentes como maestros, psicólogos, entrenadores o desconocidos que estén de paso en el hogar como ejemplo la visita de un amigo o pariente.
También suelen ser muy empáticos. Además, son personas con las que siempre se puede hablar de manera asertiva. En muchos de los casos tampoco tienen antecedentes penales, aunque puede tener problemas emocionales, por lo que nunca reconocen los hechos ni asumen la responsabilidad de lo que hacen. En el caso de los jóvenes estos pueden tener entre 18 a 20 años, mientras que los adultos de mediana edad oscilan entre los 25 y 50 años.
“Es una persona encantadora que se gana la confianza de los padres. Puede identificar a un niño o una niña que no puede pedir ayuda o sobre el que puede ejercer acoso o abuso psicológico durante muchos años. Muchos pueden ser un padre ejemplar que va a misa los domingos, compra helados a sus hijos, pero que a la vez se atreve a realizar pornografía infantil con sus hijos. La situación se vuelve más compleja cuando se mezcla la tecnología, la masculinidad hegemónica, los micromachismos, los procesos sociales y culturales que se promueve, refuerzan y que insensibiliza de manera concreta lo que estas personas promueven”, expresó una fuente ligada a una organización civil que atiende a víctimas de abuso, quien pidió mantener su nombre en reserva por seguridad.
No obstante, la mayoría de los ciberdelincuentes utilizan un perfil falso para delinquir. El objetivo es enganchar a los menores a fin de convencerlos para compartir videos e imágenes para después extorsionarlos y cometer explotación sexual, apuntó la funcionaria de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
Una de las características más comunes que hace a los menores de edad más vulnerables y con más probabilidad de ser víctimas de incidentes cibernéticos es que la mayoría de ellos cuenta con alguna red social en la que tienen toda su información expuesta de manera pública como pueden ser contactos, fotografías personales y publicaciones de las actividades que comúnmente realizan y lugares que frecuentan.
Para los delincuentes es muy fácil tomar esa información, contactar a los menores y manipularlos para diferentes fines como pornografía, pedofilia, sexting, extorsión, acoso y amenazas, explicó la policía segunda, Sandra García.
La baja autoestima y una actitud pasiva con tendencia a la sumisión y a la timidez son algunas de las características comunes que pueden identificarse en las víctimas de abuso sexual infantil, aseveró María Clarissa Arenas Hinojosa, presidenta de la Academia El Trabajo Social: Procesos de Intervención y Educación de la Universidad de Sonora y coordinadora del primer Diplomado en Prevención, Detección y Atención de Abuso Sexual en Niñas, Niños y Adolescentes en esa casa de estudios.
La situación se agrava en aquellos niños y jóvenes que viven separados de los padres, en aislamiento, con escasa o nula educación sexual, con alguna discapacidad o algún adulto viviendo temporalmente junto a él, agregó.
En el estudio “Adolescentes y Jóvenes Mexicanos en Cuarentena; entre la Violencia y la Convivencia” realizado por Guardianes México, y basado en una muestra con representatividad nacional de 400 jóvenes mexicanos, se revela que las principales víctimas de la violencia que se ha generado en el hogar durante la cuarentena han sido ellos mismos, seguidos de las madres y los hermanos o hermanas menores. En este contexto, sus principales agresores son (en la misma medida (35 por ciento) y la mamá (31 por ciento).
A juicio de José Ángel Medina Narváez, abogado maestro de derecho de la facultad de Derecho Penal de la Universidad de San Luis Potosí, la vulnerabilidad aumenta para quienes han sido abusados previamente.
“Cuando los niños se vuelven agresivos o retraídos pueden ser señales de que han sido víctimas de algún tipo de abuso. Quien ya ha sido abusado volverá a serlo de manera reiterada en el hogar. Lo preocupantes es que antes de la pandemia había posibilidad de que los niños pudieran comunicarse con personas externas, como profesores y avisar, pero en el escenario actual el agresor forma parte del núcleo familiar”, afirmó.
Por su parte, el psicólogo Luis Coronel Villegas opina que “cuando el niño se encuentra en casa son mayores los riesgos de que sea víctimas de abuso en línea. El especialista considera que allí “se les da carta abierta para el uso de las redes sociales sin ningún control”, dijo.
El National Center for Missing Exploited Children añade que muchas de las víctimas se encuentran sumergidos en la pobreza, viviendo en la calle y siendo impactados por la discriminación y la exclusión social tanto de género como de su sexualidad, además de sufrir otras presiones sociales y de grupo.
En su mayoría son niños y niñas en edades comprendidas entre los 8 y los 17 años, con un promedio de quince años.
VÍNCULOS CON EL CRIMEN ORGANIZADO
Un negocio que se nutre de levantar fotografías y videos de víctimas captadas mediante perfiles abiertos y que venden y distribuye a otros países, una vez que se tiene el material.
No quedan dudas sobre la manera en la que el crimen organizado ha encontrado nuevos ingresos económicos, a partir de la producción y consumo de material de abuso sexual infantil y adolescente.
Se trata de grupos que siguen desarrollando nuevas maneras de operar para pasar desapercibidos ante el ojo de las autoridades en zonas como las costas. No hay lugar que no destaque por esto este delito. En ciudades como Yucatán, Cancún, Puerto Vallarta, Colima y Acapulco, al igual que entidades federativas como Michoacán, Veracruz, Puebla y Tlaxcala.
Estos dos últimos son considerados el corredor de la Trata, ubicado en el corazón de México, y en donde el abuso sexual se ha normalizado durante los últimos 20 años. En una zona en la que los tratantes tienen tal poder sobre la ciudadanía que ocurre una desaparición, los familiares ni se atreven a levantar denunciar, según reportes elevados ante la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga, la agencia de las Naciones Unidas y el Delito, en conjunto con el Instituto Nacional de Mujeres (INMUJERES) y de la CNDH.
Los informes han detectado que existen familias completas dedicadas a crear y fortalecer redes de captura, traslado y explotación sexual de menores de edad en el país y en el extranjero.
Mientras que en la frontera del estado de Puebla se ha ubicado un hotel que es controlado por el líder de la banda de padrotes conocida como “Los Motos”, Demetrio N, a quienes se les identifica como los “dueños del pueblo” y además mantiene lazos directos con la actual presidenta municipal, según informa el sitio web EME-EQUIS.
¿CÓMO FUNCIONAN EN MÉXICO?
Cuando el delito ya pisa el secuestro y la trata de personas la logística funciona de la misma manera que operan los carteles, afirma una fuente que trabaja como perito en la Unidad Especializada del Combate al Secuestro de la Procuraduría General de Justicia en estado de Hidalgo y quien además explica las diferencias que existen entre el accionar de grupos delictivos organizados, ampliamente constituidos, y un hombre que actúan de manera individual en la web profunda para captar a víctimas mediante el abuso en línea.
“Son varias personas organizadas que tienen sus funciones. Entre ellos uno que observa, otro que captura y traslada, otro que mantiene en cautiverio a la víctima y así son diferentes funciones que se despliegan. Generalmente lo plantean como un cartel, para ello tienen que estar operando en toda la geografía del lugar en el que se encuentren. Por eso cuando hay dos o más individuos haciendo una misma cosa, eso es asociación delictuosa que es diferente a un solo sujeto que esté aprovechándose de la ingenuidad de la víctima y que casi siempre es mayor, pero que está utilizando todo para engañarla. En este último caso ya estamos en presencia de un crimen individual”, explicó.
Como empresa criminal, la pornografía infantil implementa otras acciones para la búsqueda y captación de víctimas, explicó la fuente. Entre las muchas modalidades se han identificado personas que son enviadas especialmente a la provincia durante las fiestas del santo patrón, para hacer el trabajo de observar y llevar la mayor cantidad de información que permita ubicar a nuevas víctimas.
“Ellos hacen solicitudes particulares sobre los gustos y tipos de víctimas que buscan y por eso se crean estos grupos y organizaciones delictivas, a través de internet, porque la rentabilidad es muy buena, están obteniendo mucho dinero con muy fácil acceso, información y fotografías que incluso la víctimas las están proporcionando (…) ya no es solo el riesgo a tocarte ni a secuestrar porque ya solo con el internet te solicito las fotos por mensajes, chantajes y amenazas y por miedo, los menores acceden a esto, mientras estas organizaciones ganan mucho dinero de este material que reciben desde la comodidad de su casa”, aseveró la funcionaria Sandra García de la Policía Cibernética.
Para lograrlo se apoyan en la utilización de conexiones encriptadas y “rebote de direcciones IP” que imposibilitan saber desde dónde están conectados. Igualmente, se apoyan en material encriptado que pueden instalar hackers para que su dirección IP quede resguardada y no ser detectados. Cada herramienta de innovación tecnológica le dan más oportunidad de cometer estos delitos, expuso García, policía segunda.
“Lo que también hemos documentado es que entre las modalidades que usan para buscar a víctimas es involucrar a adolescentes hombres para que identifiquen a las chicas que tienen en sus perfiles de Facebook. Entonces los adolescentes arman el ‘paquete’, ‘el pack’, a cambio de dinero o un teléfono y así estas chicas son ofertadas en otros espacios como la web profunda o en otros lugares donde literalmente son pedidas”, señaló Juan Martin, secretario Ejecutivo de la Red Latinoamericana y Caribeña por la Defensa de los niños, niñas y adolescentes.
En la Red de Apoyo a la Infancia también han comprobado casos en los que otras personas se dedican a “levantarlas” para “llevárselas».
“Aquí cabe la modalidad de la persona que engaña bajo interés románticos también a quienes engañado con ofertas de trabajos de modelaje. Entonces son las mismas redes de trata históricas que han estado en el tiempo, pero que tienen una vertiente en el mundo digital y que en pandemia sea potenciado”, argumento Martín.
El especialista en temas de protección a la niñez manifestó que en los casos de pornografía infantil existe la posibilidad de que también algunas adolescentes por necesidades económicas y en algunos segmentos de la población muy pobres ofrezcan servicios virtuales de esclavitud sexual.
Otra modalidad que las autoridades han podido comprobar en las actividades del crimen organizado relacionadas al secuestro y la extorsión son las diversas formas de lenguajes y técnicas que utilizan estos grupos delictivos para encontrar víctimas.
“Estos grupos dejan marcas en las casas donde han detectado que vive una víctima potencial. Lo hacen a través de figuras, símbolos o dibujos que solo ellos reconocen como señal de que pueden encontrar a alguien que esté vulnerable. Por ejemplo, descubren una casa donde se ha cometido abuso sexual o secuestro, pues allí ponen una marca que ellos mismos crean y que puede ser cualquiera cosa como una bolsa colgada o colocar una piedra de una manera que solo ellos saben y reconocen, pero que para el resto de las personas es imperceptible. Esto funciona como señal para el grupo de que van por alguien”.
SECUESTRO Y TRATA DE PERSONAS
El mundo de la pornografía infantil da pie a otros delitos que en el peor de los casos se convierten en trata de personas, secuestro y amenazas a la vida de los menores de edad, advierte la policía cibernética de México.
El escenario de peligro que viven los niños, niñas y adolescentes en entornos digitales hace que tanto expertos como autoridades compartan los mismos temores y preocupaciones, en particular ante el contexto de violencia que afecta a México. Por ello, no descartan que detrás de cada Alerta Amber que se reporta se esconda el inicio de un delito de grooming en donde se puede llegar al punto de solicitar un encuentro para extraer a un menor de edad, comenta García, miembro de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.,
“El problema que tenemos con las jovencitas es que por medio de las redes sociales son contactadas por personas de la Ciudad de México (…) pues son más ingenuas, gente de provincia que aspira a una vida más capitalina o centralista y eso las hace más fáciles de seducir. Generalmente son chicas de 16 y 17 años, de quienes los delincuentes se aprovechan de su ingenuidad. Así aceptan un diálogo en línea, citas y encuentros y es ahí cuando son captadas y retenidas para fines sexuales de extorsión o secuestro. Luego es un poco difícil dar con ellas porque los familiares no tienen información”, explicó una fuente de la Unidad Especializada del Combate al Secuestro de la Procuraduría General de Justicia en el estado de Hidalgo.
Cuando estos delitos aparecen las acciones pasan de ser cometidas solo por el apetito sexual de un depredador, a transformarse en una empresa criminal que escala sus delitos, coinciden agencias de inteligencia, expertos en cibercrimen y miembros policiales de las unidades y centros cibernéticos encargados de combatir estos delitos que fueron consultados para esta investigación.
“En este modus operandi algunos consiguen a la víctima seleccionada y luego la obligan a hacer los videos sin dejarla ir. La mantienen secuestrada hasta que muera o la obligan a más producción de material sexual con otras situaciones. Si esto involucra a otras personas, se crea un círculo de trata de personas donde las víctimas son prostituidas y expuestas a cualquier otra situación. Ya esto es una empresa criminal por el simple hecho de tener este material exclusivo, poder distribuirlo y ser el primero en adquirirlo y venderlo”, destacó la funcionaria de Unidad de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
La policía cibernética, quien trabaja de la mano con el Ministerio Público y también recibe reportes de víctimas y familiares, ha podido constatar casos en los que previamente a un secuestro o denuncia de trata de personas, hubo un primer contacto de la víctima y el delincuente a través de redes sociales. Esto incluye concursos digitales.
Los riesgos también están presentes cada vez que se publican avisos en los que se solicitan edecanes, entre 16 y 17 años, para que participen supuestos castings que se realizan en oficinas rentadas temporalmente y que se convierten en espacios propicios para el secuestro o cuando se ofrecen empleos de meseros a menores de edad.
Los especialistas y organizaciones que han trabajado temas de trata en México han podido verificar grabaciones de abusos sexuales en muchas páginas de pornografía.
“De las listas que se han filtrado por parte de abogados y organizaciones que atiende estos estos temas se supieron que muchas de las víctimas a quienes les había difundido sus fotos, posteriormente fueron reportadas como desaparecidas”, aseveró Cornelio.
Otra modalidad es la publicación de imágenes íntimas que después de terminada la relación se difunden con fines de extorsión.
“En el caso mexicano es muy grave la epidemia de niñez desaparecida, sobre todo adolescentes de 15 y 7 años. Nosotros lo hemos documentado por una década y logramos identificar que las involucran en las redes de trata típicas, conforme ha ido avanzando el tiempo, la presión y también un poco la profesionalización de estos grupos, que claramente los vemos ahora en una lógica totalmente internacional, de tal suerte que en muy poquito tiempo de dos a tres días como máximo, un adolescente puede estar en Japón, tras ser por captada internet en México”, manifestó el director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
La organización presentó un informe al presidente Andrés Manuel López Obrador donde asegura que 3 mil 320 víctimas de trata de personas en México son menores de edad, en su mayoría entre 12 de 18 años, siendo las zonas de Coahuila, Chiapas, Chihuahua y Baja California las más afectadas.
Y es que en 2020 aumentó la prevalencia del delito de trata de personas, cuyas víctimas son niñas, niños y adolescentes con un incremento de 62 por ciento en relación con 2019, según el informe “Impacto de la pandemia COVID-19 en los derechos de la infancia en México, 2020” realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México que analiza para el periodo comprendido entre enero y junio de 2020.
Además, 79.7 por ciento de las víctimas son niñas, de acuerdo con cifras de la REDIM a partir de la base de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que cuenta las carpetas de investigación que se abren a nivel nacional.
Esta investigación fue realizada por un equipo de periodistas, integrantes del Diplomado de Periodismo de Datos y Técnicas de Investigación –enfocadas al crimen organizado–, que fue impartido por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en la Ciudad de México.